Me dejaron ir, me invitaron y yo solo llegué y los defraude, ¿por qué avisé a la policía? Eran mis amigos y sin más les fallé. Estaban los tres amigos, hacía ya como unas siete horas invitando gente para su especie de fiesta y uno se pasó de listo invitó a la persona que acababa de salir del reformatorio y que no era buena compañía. Por otro lado lo invitaron a él, era su amigo así que pensaron que era una buena idea. Al principio la fiesta se hizo amena pues todo el mundo había podido ir y todos se lo estaban pasando bien. Hasta que el chico del reformatorio empezó a beber demasiado, una vez borracho se lió unos porros y sacó la cocaína para él y sus amigos. Pablo el dueño del cumpleaños se asustó, pues si la policía los pillaba a él también le cogerían. La fiesta continuo, fue entonces cuando la gente se dio cuenta de que faltaba una persona, el mejor amigo de Pablo, Luis, se había marchado a su casa y llamó a la policía simplemente porque unos cuantos la habían liado, la policía llegó a la fiesta y los detuvieron a todos por culpa del chico del reformatorio y sus amigos. Entonces Luis pensó que había echo lo correcto, llamó a la policía porque era lo que debía hacer y listo, pero por su culpa ninguno de las 25 personas que se lo estaban pasando solamente bien pudieron volver a casa, todos de cabeza a un reformatorio, incluido Pablo, el mejor amigo de Luis. A las dos horas Luis se empezó a sentir culpable y pensó me dejaron ir, me invitaron y yo solo llegué y los defraude, ¿por qué avisé a la policía? Eran mis amigos y sin más les fallé. Cuando los amigos de Luis salieron del reformatorio se convirtieron en delincuentes y a los dos años mataron a Luis.
miércoles, 2 de mayo de 2007
Historia de ética
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1 comentario:
Buena historia. Está muy bien escrita, y es amena.
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